jueves, 21 de marzo de 2013

La vaca nos da la leche...

Después de ocho años de haber participado del Buenos Aires CowParade, tuve noticias de mi vaca. Su nueva dueña me contactó para que le hiciera una restauración

Nunca entendí por qué los organizadores del evento se negaron sistemáticamente a darnos información sobre quién había comprado nuestras vacas. Después de unos cuatro o cinco años, una artista que participó de "los corazones", encontró el suyo en un desarmadero de El Tigre junto a otros corazones y algunas vacas.

Este hallazgo, sumado a la negativa a darnos información, generó en mí la seguridad de que mi vaca estaba olvidada en algún lugar semejante. Luego de varios comentarios entre lso artistas, surgió la iniciativa de buscar las vacas y corazones "desaparecidos". La artista del corazón en cuestión tuvo la suerte de que una persona amante del arte lo comprara, se contactó con ella y le solicitó que le restaurara la obra.

Parecido a esto me ocurrió a mí en las últimas semanas. Si bien mi vaca nunca fue a parar a un desarmadero, la nueva dueña se contactó conmigo para solicitarme que la restaurara.

Mi vaca, "Composición. Tema: La vaca.", fue comprada en la subasta original a beneficio de la Fundación Leloir y Esclerosis Múltiple Argentina. Estuvo todos estos años bien cuidada en un piso de la localidad bonaerense de Martínez. Una amiga de los dueños, siempre admiró mi vaca y cada tanto les decía que si alguna vez se mudaban y no podían, o no querían, tenerla, ella compraría mi vaca. Pues sus dueños se mudaron, y si bien podían llevarla a su nuevo domicilio, decidieron regalarle mi vaca a su amiga que tanto la deseaba.

Valeria, su nueva dueña, buscó por internet cómo contactarse conmigo y me envió un mail contándome del regalo que había recibido y pidiéndome que la restaure si era posible. Así, luego de varios mails, y en una fecha en la que yo podía viajar, fui al reencuentro con mi vaca.

Me sentí feliz al ver lo apreciada que era mi obra; conocí a una excelente persona en Valeria, que además de coleccionar arte de calidad también es artista o pretende serlo ya que asiste a talleres de escultura y tiene en su casa obras realizadas por ella que me gustaron muchísimo.

Estuve dos días restaurando mi obra. Recordando anécdotas de cuando la hice. Conociendo lo apreciada que es una obra que considero un hito en mi carrera de artista. Ojalá reaparezcan las otras vacas de las que desconocemos su paradero.

Sería importante que los organizadores de este tipo de eventos a beneficio tengan la delicadeza de entregarles la obra al artista si no se logra vender. Porque después de todo quien realiza la verdadera beneficencia es el artista que dona su tiempo, su obra; porque quien compra, justamente está comprando un producto a relativo bajo precio. Pone un monto de dinero y recibe a cambio una obra de arte. El artista pone su alma y a veces, sólo a veces, recibe un agradecimiento. Pero nos queda el alma llena de satisfacción de haber aportado algo a quienes lo necesitan.

Pueden ver fotos del proceso de restauración aquí.

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